Libro de Recetas - La Gastronomía de Castilla-La Mancha
Artículos
La Gastronomía de Castilla-La Mancha
PRESENTACIÓN
Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha
ALBACETE
Carmina Useros Cortés.-
CIUDAD REAL
Joaquín Muñoz Coronel.-
CUENCA
Raúl Torres
GUADALAJARA
J. A. Martínez Gómez-Gordo.-
TOLEDO
Leonardo Paso.-
Libro de Recetas - La Gastronomía de Castilla-La Mancha II
Materias Primas y Recetas de Cocina
La Gastronomía de Castilla-La Mancha II
Materias Primas y Recetas de Cocina
Pedro Andrés Cuesta. Restaurante Casa Paco
Jesús Alvarez Rabaján. Restaurante Alvarez
PRESENTACIÓN
Amigo lector: Con este segundo volumen de la Gastronomía de Castilla-La Mancha, la Academia Castellano-Manchega de Gastronomía quiere dar a conocer los alimentos y materias primas que se producen en esta región y que permiten la confección de unos platos de alta cocina regional, ampliada y perfeccionada por los grandes cocineros de los mesones y restaurantes de esta amplia Comunidad Autónoma, que en sus casi ochenta mil kilómetros cuadrados de superficie obtiene unas materias primas de extraordinaria calidad reconocida dentro y fuera de nuestras fronteras. El Queso Manchego; el Azafrán de la Mancha; los Ajos de las Pedroñeras; la Miel de la Alcarria; los Vinos de las Denominaciones de origen La Mancha, Valdepeñas, Méntrida, Jumilla, Almansa y Mondéjar; la Caza Mayor y Menor; las Truchas y los Cangrejos; y las Legumbres, Frutas y Hortalizas de esta región constituyen la base para elaborar los exquisitos platos de la Cocina Regional de Castilla-La Mancha, que le viajero puede degustar en los numerosos restaurantes de la Comunidad cuando viene a visitar y conocer ciudades plenas de Arte e Historia y de sorprendes bellezas naturales.
En la segunda mitad del libro, dividida por provincias, se ofrecen las recetas de los más renombrados platos regionales, ilustrados con espléndidas fotografías, que permiten apreciar gráficamente la calidad y variedad de la Gastronomía de Castellano-Manchega.
Con «LA GASTRONOMÍA DE CASTILLA-LA MANCHA II. Materias Primas y Recetas de Cocina», esta Academia continúa con su labor de investigación. promoción y difusión de la cultura
Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha
Recetas de Albacete
LOS GAZPACHOS, EL AJO DE "MATAERO", EL "ATASCABURRAS"
Carmina Useros Cortés.-
Recetas de Ciudad Real
EL QUIJOTE EN SU COCINA
Carmina Useros Cortés.-
Recetas de Cuenca
CUENCA Y SU COCINA ENCANTADA
Carmina Useros Cortés.-
Recetas de Guadalajara
TIERRA DE ASADOS
Carmina Useros Cortés.-
Recetas de Toledo
LA PEDIZ ESTOFADA, PLATO ESTRELLA DE LA COCINA TOLEDANA
Carmina Useros Cortés.-
Libro de Recetas - La Gastronomía de Castilla-La Mancha
Materias Primas y Recetas de Cocina
La Gastronomía de Castilla-La Mancha II
Materias Primas y Recetas de Cocina
© Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales
© Don Quijote de La Mancha 2005, S.A.
Primera Parte.
Gastronomía y Paisajes en Castilla-La Mancha. Tras las huellas de El Quijote.
Segunda parte.
La cocina de El Quijote en el siglo XXI.
Introducción
En los diferentes capítulos, que llamaremos parada y fonda, se indican monumentos, edificios y parajes naturales para que el viajero pueda visitar y disfrutar. También en todos ellos se disfrutará de toda una serie de platos que están enraizados en los habitantes de La Mancha y que están marcados por su trabajo de pastores, campesinos y oficios artesanos.
Transcurridos cuatro siglos, todos estos platos se mantienen en el S XVI. Se han ido transmitiendo de generación en generación, para no perder el testigo de sus raíces, como una señal de infinita gratitud y reconocimiento al gran mérito de sus padres y abuelos, que con escasos medios y, como grandes cocineros y cocineras, han elaborado un extraordinario recetario que encierra el alma y espíritu castellano-manchego.
El viajero va a poder degustar platos que tienen como protagonista al pan: sopas de ajo, migas, migas canas, migas negras; platos de caza, con fórmulas dirigidas a poderlas conservar, escabeches y estofados con presencia de vinagre como aromatizante y conservante; los gazpachos, guiso contundente de caza que tienen como ingrediente y también como plato la famosa torta cenceña; la olla podrida o cocido, que, según lo que se ponga en el puchero, será más o menos suculenta, y que ha sido alimento básico y diario durante muchos siglos de muchos españoles; las gachas, con variantes según la harina utilizada y los acompañamientos, que pueden ser desde uvas hasta sardinas arenques; los ajos, guisos con la presencia inexcusable del ajo; infinidad de dulces, básicamente hechos de masa, fritos y enmielados; pastas hornadas y otras delicias elaboradas con hojaldre, pasteles borrachos, hornazos y los postres clásicos de arroz con leches, natillas o torrijas. Hay que hacer una mención de honor al mazapán y a todos los dulces en los que está presente la almendra.
No hace falta decir que Castilla-La Mancha encierra en sus tierras otros tesoros gastronómicos, que se irán descubriendo, como se irá desvelando que el yantar y cocinar castellano manchego es una perfecta simbiosis de la cocina árabe, la romana y la creada por ellos mismos, condicionada por los trabajos que realizaban campesinos, pastores, labradores y personalizada por sus recursos. Estaban muchas horas fuera del hogar y disponían de poco tiempo para dedicarlo a la cocina, a no ser en las grandes ocasiones familiares o populares. Así, muchos de los guisos se sometían a largas cocciones al amor de la lumbre; había platos más rápidos, como se suele decir hecho y comido, y otros elaborados con lo que se tenía en ese momento.
Un receta única y final: introducir en una olla la locura de Don Quijote, la ingenuidad de Sancho Panza, el color de los campos de trigo al atardecer, la sombra de los molinos de viento, el trabajo de los castellanos-manchegos, regar con zumos de uvas tintas y sazonar con flores de almendro. Resultado: una Castilla-La Mancha que he descubierto, gracias a la oportunidad que me han dado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Sociedad Estatal para exposiciones Internacionales (SEEI) y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha-Quijote 2005 para pasear por sus tierras, degustar su gastronomía y conocer a sus gentes.
María Zarzalejos Nieto
Publicaciones Previas
Calendario 1989 "Nuevas Recetas para su Cocina"
Restaurador: Adolfo Muñoz – Académico de la Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha
Edición: Hidroeléctrica Española
Fotografía: …
Fecha de publicación: …
Cocina de Toledo
Gastronómicamente, esto es cierto también. Pero, al igual que sucede con los demás aspectos que conforman la esencia de esta ciudad, la cocina toledana tradicional es de base castellana. Llegó con la reconquista, a finales del siglo XI, y se consolidó con la repoblación castellana de mediados del XII.
Es esta última la que más ha erosionado el fondo castellano inicial, aunque sin anularlo ni suplantarlo.
Páginas:
Cocina de Toledo
Su encanto y su misterio
Su importancia histórica
Un mundo fuera del mundo
Corazón del tiempo
Corazón del tiempo
Corazón del tiempo
Apasionadamente la han amado figuras imborrables, cuyo eco parece a veces palpitar en la vieja ciudad: Carlos I y Garcilaso, el Greco y Gracián, Bécquer, Rilke y Galdós, Barrés, y Azorín, Beruete, Marañón, Cossio, Zuloaga…
Generación tras generación, Toledo se enfrenta al gusto estético de cada época y siempre sale vencedora. Una ciudad así no se improvisa. Y no se entrega nunca tampoco, por mucha pasión que se ponga en su conocimiento. Ese misterioso desdén de la ciudad, y no otra cosa, es, seguramente, el verdadero secreto de Toledo.
Historia de Toledo - Breve síntesis
Las primeras noticias históricas sobre la ciudad corresponden a la Segunda Guerra Púnica, durante la cual fue conquistada por el pretor Marco Fulvio (hacia 190 a. de C.); los romanos, conscientes de la importancia estratégica de la pequeña Toletum, la engrandecieron notablemente; dan testimonio de ello las ruinas de su circo – uno de los de mayores dimensiones de España -, las del amplio acueducto sobre el Tajo, y el hecho – verdaderamente clave – de convertirla en nudo importante de la red de comunicaciones peninsulares: por Toletum pasaba la vía que enlazaba Caesaraugusta con Emerita, conectada por medio de ramales centrados en Titulcia y Consabura.
Afianzado el dominio visigodo desde comienzos del siglo V. las posibilidades estratégicas de Toledo decidieron a Leovigildo a instalar su corte en ella (569), en un momento en que la pretendida unidad política de Hispania estaba seriamente amenazada por la división religiosa. Su hijo y sucesor, Recaredo, resolvió la tensión convirtiéndose al catolicismo en una de las sesiones del III Concilio de Toledo (589); se inicia entonces un proceso de consolidación política y jurídica, en el que la Iglesia, por medio de los concilios toledanos, influye decisivamente en la estructuración y desarrollo del estado visigodo. Esta influencia culminó con la redacción por el Concilio VIII del Liber ludiciorum o Código de Recesvinto, hito fundamental en el proceso de integración hispanovisigoda.
Tras vencer en la batalla de la laguna de la Janda (711), que puso fin a la monarquía visigoda, un ejército árabe, al mando de Tariq ben Ziyad, tomó sin resistencia la ciudad regia, en la que encontraron, según testimonio de las crónicas árabes, cuantioso botín, en el que sobresalía la mítica mesa de Salomón, de oro macizo y piedras preciosas. La constitución de un emirato en Córdoba, independiente del de Damasco, disminuyó la significación política de la antigua urbe regia. El siglo IX se caracterizó por el enconado espíritu de rebeldía de la ciudad frente al poder de los emires, que tuvo jalones tan dramáticos como “la Jornada del Foso» y las batallas del río Jándula y del Guadacelete, y que no cesó de hecho hasta la conquista de la ciudad por el califa Abd-al-Rahman III (932), tras dos años de cerco.
Aprovechando las discordias y rivalidades de los reinos taifas Alfonso VI pudo tomar la ciudad – seguramente por medio de un tratado secreto con el rey árabe toledano – el 25 de mayo de 1085; la recuperación de Toledo ponía en manos castellanas la llave de la cuenca del Tajo, y significaba, dado el prestigio de la ciudad y su fama de inexpugnable, un triunfo moral de dimensiones internacionales; toda la Europa cristiana lo celebró con gozo, mientras que las crónicas árabes dan testimonio de la desolación del mundo musulmán. Los intentos de almorávides y almohades por recuperarla se estrellaron ante su natural potencia defensiva. Desde ese momento, y hasta el final de la Reconquista, la significación de Toledo no hizo sino acrecentarse; su papel fue decisivo en la proclamación de Alfonso VIII como rey de Castilla; se convirtió en foco de inmensa transmisión cultural a todo Occidente durante el reinado de Alfonso X, que consolidó en ella la Escuela de Traductores; y tomó parte activa en todas las discordias internas que sufrió la monarquía castellana durante los siglos XIV y XV.
Concluida la Reconquista y realizada la unidad nacional por los Reyes Católicos, Toledo alcanzó su mayor esplendor; era, junto a Sevilla, la ciudad más importante de España. El alzamiento comunero, que encabezó en los comienzos del reinado de Carlos I, representa seguramente el último episodio de su importancia política. En 1561, Felipe II establecía la corte en Madrid y se iniciaba para Toledo una larga decadencia económica y cultural de la que apenas ha ido despertando desde mediados del siglo XIX, cuando los viajeros románticos difundieron por todo el mundo su significación de ciudad mítica.